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El verdadero valor de tu trabajo

¿Recuerdas cuándo Instagram era algo visualmente hermoso? ¿Cuándo era un lugar donde ibas a buscar inspiración? Cada imagen más bella que la otra, una plataforma verdaderamente inspiradora.

Al mismo tiempo que Facebook era para compartir las ocasiones especiales con familiares y amigos, reencontrarse con viejas amistades y hasta llevarse sorpresas con algún antigua novio. Pero poco a poco todas las redes han ido cambiando y lo que antes nos producía felicidad ahora nos despierta nuestras más insospechadas inseguridades necesitando una constante validación.


¿Consecuencia? Profunda ansiedad.


Las redes sociales empezaron con una intención muy noble: conectarnos con otros seres humanos. Poco a poco se convirtieron en una poderosa arma publicitaria que sin darnos cuenta comenzó a manejarnos a su disposición, olvidándonos de un principio básico: toda arma debe ser manejada con cuidado.

A un nivel consciente todos sabemos que lo que vemos en las redes sociales no es un fiel reflejo de la realidad. Lo hemos escuchado mil veces de diversas fuentes. Pero aun así, muchas veces nos creemos estas mentiras y dejamos que estas mentiras desvirtúen nuestro contexto.


Medimos nuestro éxito en número de seguidores, comentarios y ‘me gusta”. Peor aún, dejamos que sea esto lo que valide el éxito de nuestro emprendimiento y hasta llegamos a dudar de nuestras ideas y de nosotros mismos como individuos. Las redes sociales pasaron a ser una obligación y como tal nos causan estrés. En otras palabras, nos aguaron la fiesta.



¿Por qué medimos nuestro éxito según el número de “me gusta”?


La idea de medir el éxito de tu emprendimiento según las métricas de Instagram o Facebook es absurda. ¿Cuántos ‘influencers” hay con miles de seguidores que no pueden pagar sus cuentas porque esto no les produce dinero? Cada quien mide el éxito de una manera diferente, para mí el éxito es darme el lujo de trabajar desde mi casa y poder ver a mis hijas crecer, para otros es el lujo de no tener un jefe que los atormente. Entonces, ¿por qué medimos nuestro éxito según el número de “me gustan”?

Darle “me gusta” a un post toma una milésima de segundo, pero una compra requiere que la persona interesada vaya a tu página web, seleccione el artículo, vaya a la página de compra, rellene todos sus datos, saque la tarjeta de crédito y además espere que les llegue el producto por correo. En mi opinión es mucho más válido que un “me gusta”.

Probablemente lo más importante sea entender que el impacto que tiene tu trabajo va mucho más allá de las redes sociales. Tu trabajo no solo vive en unos cuadraditos en un móvil, sino que vive en casas, educa, adorna a personas, ayuda a otras haciéndoles la vida más fácil o satisface una necesidad. Tu trabajo no existe por las redes sociales, tu trabajo existe por el amor y la pasión que tú le pones a cada cosa, las redes simplemente son una pequeña parte de la ecuación. O peor aún, puede ser que tu verdadero “target” esté allá afuera, en la vida real, esperándote mientras tú pasas horas viendo imagines que te producen ansiedad.


Quizá, con el tiempo, las redes sociales se transformen en algo completamente diferente a lo que hoy existe o simplemente desaparezcan, pero tu trabajo seguirá vivo. Mientras tanto recordemos que las redes no son el enfoque principal de nuestro trabajo, sino tan solo una herramienta de comunicación y que el mundo real, ese que puedes oler y tocar, está allá afuera esperando por nosotras.


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